Las puertas para llamas y cortafuego mantienen la estanqueidad de la habitación en la que se ha producido un incendio, evitando que las llamas puedan propagarse al resto de las habitaciones del edificio. En esta labor, el herraje (cerradura, manilla, pomo, cierrapuertas, ...) cumple un papel muy importante, asegurando que la puerta se mantenga totalmente cerrada y se evite el paso de calor y gases inflamables.
Características principales:
Acero inoxidable y base de acero (negras NE).
Certificada por la entidad L.G.A.I. y según la norma UNE 23802 como manilla cortafuego.
Resistencia mínima de 120 minutos a pruebas de fuego con la puerta correspondiente.
La fijación se realiza, según los modelos, mediante estoques fijos en la placa interior, estoques flotantes o tirafondos directamente a la hoja de la puerta.
Pueden solicitarse estoques flotantes que atravesarán la puerta desde el lado exterior al interior, dando mayor resistencia a la instalación.
Los tornillos de fijación de la manilla a la puerta no están a la vista, evitando en edificios públicos la sustracción de las manillas.